Hablar de «La Monja» es hablar de James Wan un director que personalmente me parece genial, y el cual actualmente lleva la batuta del cine de terror hollywoodense y nos sorprende con grandes películas, tales como: Saw, El titere, La noche del demonio, y la que inició esta saga, el conjuro.

Sin embargo, al igual que en otras de sus obras, Wan crea conceptos e historias que son tanto muy comercializables como expandibles. De esta manera logra enganchar a un grandísimo sector y generar una serie de productos rentables. Wan presenta obras muy buenas y luego le encarga sus secuelas o derivados a guionistas y directores diferentes. Y eso a veces hace que exista una buena idea o un buen proyecto y aún así no se encuentre a la altura de lo que ya mostraron.

Una abadía en Rumanía esconde un tenebroso misterio, una monja se suicidó y ahora un encargado del vaticano junto con una novicia de monja tratarán de resolver el misterio y volver a la normalidad a la abadía.

Esta entrega, como lo mencioné anteriorment, no está dirigida por James Wan sino por Corin Hardy. El cual nos entrega una cinta rescatable, con personajes interesantes, buenas locaciones, una buena ambientación y en general, un producto que cumple con lo que debe de solventar una película comercial, que todo lo técnico esté bien.

Sin embargo, donde si llega a deber es en el aspecto de la historia, que sí bien es entretenida y no llega a aburrir no parece contarnos nada nuevo, y es más un refrito de lo que ya ha existido, utilizando los mismos recursos y sin desarrollar la historia por completo. Si al principio sabíamos cómo eran estos personajes, al final de la película continúan igual.

Es especialmente decepcionante el que no ocurra un desarrollo cuando se trata de el villano, «la Monja». La cual nos cuentan su historia, pero nunca llegamos a saber quién es, que quiere, por qué lo quiere. Es cierto que mueve crucifijos, pero ¿por qué razón? Sabemos que tiene el poder de manifestar alucinaciones o espectros, de trasladar personas de un lugar a otro e inclusive causar daño físico, y aún así, no parece ponerse realmente violenta hasta el final de la cinta. La Monja aunque supone tener un objetivo, busca ofrecer más un espectáculo que concentrarse en realizar… lo que sea que sea su malévolo plan.

¡Soy CALRACL hasta la próxima!